Qué sera de nosotros los malos alumnos. MARCHESI, A.

MARCHESI, A. Qué sera de nosotros los malos alumnos. Madrid. Alianza 2004.

Gran pregunta para un libro, muchas veces nos hemos preguntado, y luego ¿que sera de nosotros? pues en el libro Marchesi analiza las diferentes variantes de los malos alumnos, de los problemas que tienen estos, y de las posibles soluciones que pueden dar los profesores y familiares ante los diversos problemas que el sistema educativo actual tiene con los malos alumnos.

Comenzando el libro te empiezas a dar cuenta de que Marchesi nos quiere invitar a pensar sobre los problemas que tienen los alumnos en el sistema educativo, diferentes problemas que se ven reflejados en ideas generales como son la inmigración, la exclusión de los malos alumnos, las causas del fracaso escolar, la motivación de los alumnos...
Marchesi me hace reflexionar al leer el libro acerca del problema de los malos alumnos, pero ¿cuales son realmente los malos alumnos?, leyendo a Marchesi me he dado cuenta de que realmente no es tan fácil educar como a simple vista parece, sino que existe una multitud de problemas que rodea la realidad del alumno y que debemos tener en cuenta, problemas personales que pueden afectar a su rendimiento en el día a día.
Vemos que el maestro no es un simple transmisor de conocimientos, sino que debe estar para ayudar a sus alumnos, como he comentado anteriormente en algún apartado de mi blog, un maestro debe saber ESCUCHAR.

En cuanto a la inmigración es un tema mas que de moda en las aulas actualmente, la atención a la diversidad. Yo soy de los que piensa que la inmigración se debería ver como una experiencia enriquecedora en el aula, y deberíamos verla como una ayuda para los alumnos y para los profesores, para así enriquecernos de otras culturas y tradiciones,  y además poder trabajar con los alumnos valores como la solidaridad, la tolerancia. En definitiva pienso que no podemos ver  la inmigración no es un problema sino un aporte más hacia nuestra educación.

Otro aspecto que me parece muy importante y al leer el libro he recordado es la colaboración de la familia con la escuela, este es otro tema que siempre va a estar de actualidad. Personalmente pienso que la familia y la escuela deben ir de la mano en la educación de sus hijos, y deben ayudarse mutuamente para ayudar a sus hijos. Deben abordar los problemas que le surgan a los alumnos y no deben hecharse la culpa unos a otros sino actuar en conjunto, para que esto se produzca es muy importante la colaboración. En esta relación familia-escuela lo que considero más importante es la comunicación entre ellos, si no se cuentan los problemas que existen es muy difícil abordar los problemas de sus hijos.


El último tema que trata el libro es la motivación, un tema que daría que hablar horas y horas, es importantísimo para que el niño muestre interés. En el libro nos dan algunos consejos para ponerlos en práctica, sobretodo que un alumno tenga confianza en su profesor, para así poder trabajar adecuadamente. Esa es una premisa fundamental, que se tenga confianza, siempre que exista esta se podrá trabajar de una manera mucho mas adecuada.



En definitiva y como habéis podido observar esta es una lectura muy recomendable, porque aborda diversos temas de la educación actual y además resulta muy amena, al haber diversos ejemplos durante todo el libro, que te hacen ponerte en la piel de esa persona.

Pongo un enlace de una entrevista a Marchesi sobre este libro:

http://www.bg.profes.net/puntovista2.asp?id_contenido=44118

Álvaro Marchesi: ‘’Los alumnos con problemas quieren afecto y atención’’
Entrevista realizada por AURORA CAMPUZANO

Alumnos con dificultades, profesores con tensiones y padres que no saben qué hacer. El panorama del fracaso escolar no ha mejorado en nuestro país, se mantiene en la escalofriante cifra del 25 por ciento para la enseñanza secundaria. Pero existen soluciones, las medidas a pie de aula son más importantes de lo que parece.
Qué será de nosotros, los malos alumnos es el último libro de Álvaro Marchesi, psicólogo de la Educación y artífice de la LOGSE, una de las leyes educativas que ha soportado en los últimos años la acusación de ser responsable del alto fracaso escolar que vivimos en España. ¿Acaso son las leyes las únicas culpables de los malos resultados de los alumnos? En absoluto. Los estudios internacionales demuestran que familia y sociedad actúan como factores decisivos y entrelazados. Tampoco el gasto público dedicado a educación es determinante en sí mismo.

Lo que ha hecho Álvaro Marchesi en su libro es, precisamente, analizar qué les ocurre a esos alumnos, de qué carecen y qué necesitan para conseguir salir del “grupo de los malos”.


El fracaso escolar es una losa que pesa sobre nuestro sistema educativo. Y las cifras no bajan...


R.-
No bajan. El 25 por ciento de los alumnos no termina la enseñanza obligatoria, aunque es cierto que hay diferencias según el sexo. Ocho de cada diez alumnas terminan la Secundaria, los chicos están dos puntos por debajo. Y también existen las importantes diferencias entre las comunidades autónomas: Canarias, Ceuta y Melilla, Valencia e incluso Madrid soportan altos niveles de fracaso escolar; en el País Vasco o el Principado de Asturias las cifras son mucho menores, aunque siguen siendo importantes. Tenemos que empezar a pensar qué estamos haciendo mal.

O cambiar las leyes...


R.-
No necesariamente. Las medidas que propongo en el libro no implican grandes cambios normativos. Es más, son una cuestión de actitud ante la educación, de autonomía de los centros, de implicación de las familias y de reconocimiento de la labor docente. Los alumnos con problemas son responsabilidad de todos nosotros, de la sociedad, hay que saber escuchar y fomentar su bienestar emocional. Los malos alumnos suelen tener muy baja autoestima, poca confianza en sí mismos y falta de afecto. Si cuidamos su bienestar emocional muchos problemas de conducta y rechazo a los estudios se solucionarían.

El perfil del “mal alumno”


Parece una perogrullada, pero defíname qué es un mal alumno...


R.-
Hay alumnos encasillados como “malos” que simplemente tienen enormes dificultades de aprendizaje; pero la mayoría son alumnos desmotivados y con problemas de conducta. Son personas que defienden valores extremos -son los más racistas, los más independentistas, los más radicales-, y se sitúan al margen de los estereotipos. Habría que añadir que suelen ser los menos religiosos.

¿Son alumnos con problemas familiares?


R.-
La familia es muy importante. Durante el trabajo de investigación he comprobado que los alumnos con problemas quieren afecto y atención, algunos se cansan de los regalos y el dinero que reciben de sus padres como compensación a la soledad. Pero no todas las familias son iguales: muchos padres están desesperados con los malos resultados de sus hijos, con su conducta; no saben qué hacer, viven en una constante situación de desasosiego.

Para desasosiego el de los profesores, basta con dar un repaso a los índices de baja laboral por depresión...


R.-
Hay que cuidar el bienestar de los docentes. Es una profesión satisfactoria para la mayoría de quienes la ejercen, pero tiene muchas dificultades en las relaciones con los alumnos, sobre todo en determinadas etapas.

La hora de las soluciones


Hemos hablado del problema, pero su libro ofrece una lista importante de soluciones, algunas aparentemente sencillas...


R.-
En el libro hago doce propuestas para mejorar la educación, para reducir los altos índices de fracaso escolar. Podría resumirlas más: poner el énfasis en la prevención, en la enseñanza primaria, porque es allí donde podemos detectar el problema y solucionarlo ofreciendo a esos alumnos un aprendizaje personalizado. Fomentar -siempre-, el diálogo entre alumnos y profesores, la colaboración como estrategia. Introducir una hora de lectura semanal desde los 3 a los 18 años. Y, desde luego, mejorar la autonomía de los centros para que estos adopten las medidas que crean convenientes para comprometer a estos alumnos con el aprendizaje.

¿Por qué mecanismo se mejora la autonomía de los centros?


R.-
Yo propongo que los centros estén abiertos por la tarde para que los alumnos que no dispongan de apoyo en casa puedan realizar sus tareas de forma asistida. Y que se permita realizar contratos por obra o servicio con instituciones vinculadas al mundo educativo y cultural para disponer de profesionales de apoyo.

Tal y como usted lo explica parece relativamente sencillo. ¿Se conformaría con ver las medidas en la nueva Ley de Educación?


R.-
Estas medidas se podrían poner en marcha de inmediato, son cuestiones que dependen de las administraciones educativas, de los ayuntamientos. Si queremos reducir el fracaso escolar hay que hacer algo ya.

¿Con qué cifras se conformaría?


R.-
Me conformaría con pasar en ocho años de ese tremendo 25 por ciento al 15. Poco más de un punto por año. ¿No es mucho pedir, verdad?

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